
El Temazcal
Quince años atrás, aproximadamente, un renovado interés en el antiguo baño de vapor, aún conocido por el nombre dado por los aztecas como temazcal, surgió en México. Las prácticas de sanación que han sido preservadas hasta nuestros días emergen gracias a las investigaciones de varios científicos. Temazcal o temazcalli es un término náhuatl que se forma por dos palabras: temas=baño y calli=casa.
A diferencia de los baños de vapor conocidos por distintas culturas alrededor del mundo, el temazcal es un instrumento terapéutico; una de las múltiples herramientas de la medicina tradicional de Mesoámerica que la tradición oral de diversas comunidades indígenas ha preservado. La mayoría de vestigios arquelógicos de temazcales se han localizado dentro de centros ceremoniales, frecuentemente asociados a juegos de pelota. Su construcción era similar a la de los palacios y templos, y su tamaño, en comparación con los ejemplares modernos, muestra que eran edificaciones de gran importancia. En la zona maya se conocía como zumpulcheé, aunque actualmente se conoce como chuj, en mam; chu, en kanhobalán; tuj, en quiché, y pus, en tzeltal. Los tarascos lo llaman huriguequa; los totonacos, saq, y en Tajín se conoce como xiaca.
Los temazcales varían en su forma y práctica en las distintas regiones en que se utiliza; sin embargo, se trata siempre de cuartos reducidos con techos bajos, sellados y oscuros, exteriormente parecidos a los hornos de pan, pero construidos al ras de la tierra. La entrada es una pequeña abertura por la que apenas cabe una persona en cuatro pies. Al lado contrario de la puerta tiene una hornilla con acceso desde el exterior, por donde se meten las piedras, y arriba tiene una especie de chimenea para la salida del humo. El piso es convexo y el nivel es más bajo que el del suelo exterior. Técnicamente, el temazcal es una construcción cerrada y pequeña, en la cual se introducen piedras porosas previamente calentadas al rojo vivo. Otra de las diferencias del baño mexicano consiste en que lo que se vierte sobre las piedras para producir vapor no es agua, sino una infusión de plantas medicinales, cuyo vapor se abanica con un manojo de plantas frescas. Hoy, el temazcal es una experiencia con fines curativos o rituales, conducida por un temazcalero, curandero o sudador.
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